Intermedio en el camino


Se reunían cuatro en el sitio habitual para compartir un dia creando pasos nuevos en un camino viejo. El lugar elegido era harto conocido por los caminantes, un lugar que ofrece experiencias que se viven siempre como una primera vez.

Nada más llegar les recibió un aire limpio que refrescó de inmediato el ambiente interno. Comenzaba una sintonización y una apertura al lugar y a su energía. La propuesta empezaba con un ascenso que les llevaría a una cúspide de 1.314 metros mientras cuatro caminantes parecían difuminados entre tanta inmensidad rocosa. En lo alto un corzo huía de la aproximación de los forasteros negándose a la domesticación que las vacas admitían impávidas dejando pasar a los andarines como si viesen pasar una ráfaga de viento.

Paisajes que rozaban lo desértico escondiendo tanta vida como la que palpitaba en un corazón latiendo emocionado ante un regreso a casa. Rodeados de montaña y de montañas a lo cerca y a lo lejos apenas eran cuatro figuras minúsculas entre tanta piedra inmortalizada y entre tanta agua que bajaba montaña abajo con tal fuerza que era imposible obviarla.

Parada a comer. Era tal el silencio que por unos instantes nadie quiso hablar sino escuchar, tan sólo escuchar con respeto a la presencia de la montaña regalándoles dádivas de rumores silenciosos internos, entregándoles la conciencia de la naturaleza que circula por dentro.

Continuaron camino recorriendo a su paso panoramas bellísimos, oportunidades para la escalada, para saltos, para risas de como cuando eras niño, para imágenes cristalizadas de momentos vivos, para órdenes en psiques cansadas y para suavidad y relax en las miradas.

Llegada a una cúspide en la que sientes que todo abarcas siendo alguien, siendo nadie, acaso importa contemplando la vida desde un lugar al que has llegado con tus propios pies trás experimentar un recorrido en el que has conseguido tanto como la noción más exacta de quien eres?. Bastaba contemplar los rostros y la figura de los compañeros para intuir la propia y para sonreir con una clase de satisfacción que sólo encuentras en aquellos que hacen y son camino.

Descenso que nos llevaría al río entre caminos empedrados antiguos, pisando piedras que colocaron muchas manos durante años, cuando no existía un concepto del tiempo actual. Te preguntas mientras desciendes hacia el regreso, cuántos caminos no habrás recorrido ya!, y cómo es posible sentirte igual, exactamente igual a una primera vez cuando los recorres con esa armonía que se da cuando natura y tú estáis fusionados.

Aguas cantarinas y verdes tan limpios que adornan los colores que surgen internos. Rayos de sol anunciando el atardecer. Caminantes cansados trás un recorrido tan hermoso y primitivo que persiste un silencio mental mientras el corazón canta.

Regreso al coche, al asfalto, a paisajes tan diferentes, a aires más densos, a otra clase de naturaleza y a demasiadas energías que han olvidado su condición. Te dices que es un privilegio contar con la oportunidad de contemplar a un corzo que huyendo montaña arriba, te hace consciente de tu condición.

S., en Sol, marzo 013

2 comentarios:

  1. Anónimo1/4/13

    Moreninha,
    é um prazer "sentir" a natureza através das tuas crónicas.Não nos tires este privilégio por favor.B.ão
    Fantasma Nomada

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  2. Muito obrigadinha pelas súas palavras Snhor Fantasma Nómada, um prazer recebê-lo nesta casa.

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