Larga vida a los Nómadas. Estrenando año

Fotos nómadas
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¿Decían los que saben? que iba a llover, y a hacer viento y frío este sábado pasado, día de una pateada Nómada más que contra viento y marea, llueva o no, con frío o sin él, con viento que nos tumbe (que va a ser que no llegó todavía el día) o que nos acompañe la pateada se mantiene, y es que los que caminamos sabemos que nunca es tanto como dicen que va a ser y al final resultó ser una jornada magnífica con algún que otro rayo de sol calentando los corazones y con tiempo para disfrutar de los pasos; la lluvia se presentó después de comer y tampoco es que fuese para tanto, más bien poco, y para cuando llovió de verdad nosotros ya estábamos con una caminata más en nuestro haber.


Nos reuníamos en la Av.De Madrid ocho Nómadas, una chica nueva que nos había anunciado asistencia finalmente desistió, y otro nuevo miembro que venía de Ourense nos pareció que también pues habíamos quedado en un punto a medio camino y al ver que no estaba esperando y después de un tiempo prudencial continuamos camino; la sorpresa fue encontrarme con un correo posterior a la pateada diciendo que sí fue pero que llegó tarde pues se equivocó en la salida que indicaba la hoja de ruta y para cuando llegó a nuestro punto de salida sólo se encontró con los coches, aún así hizo la ruta queriendo encontrarnos y finalmente no pudo ser, para otra será.

Dos Nómadas más estaban esperándonos en el punto de salida, con lo cual 10 Nómadas en conjunto para esta jornada; todo número es un buen número pero particularmente creo que el número 10 es el mejor, aunque tal vez debería decir 11 pues también se estrenaba con nosotros una podenca preciosa de nombre "Tuchi" que acabó haciendo la ruta tres veces más de tanto corretear, brincar, pisar ruta definida de adelante para atrás, hacernos de guardiana fiel siempre atenta a que el grupo se mantuviese unido, ¡no fuera a ser que nos perdiésemos!.

Hoy no sólo contábamos con un guía sino con dos, mamá Helena y papá Óscar, dos fieras del camino en el mejor de los momentos físicos y por lo demás más o menos también, apañándose como todos, como podemos y mejor sabemos, y mientras tanto yo feliz, feliz de ser llevada, feliz de verlos felices llevándonos, y sobre todo feliz con una nueva reunión que me tenía en espera de estos momentos presentidos. Tenía muchas ganas desde hace tiempo de recorrer tierras de Budiño y que nos acompañase Helena, la reina del lugar, autóctona al cien por cien de la zona, llevándonos entre fincas familiares y por paisajes con sentimiento, hacía de la ruta un extra muy especial pues además de amiga tiene un corazón caminante que no le cabe en el pecho de grande y aunque vaya de "dura", jaja!, quien la quiere sabe ver su grandísimo esplendor tanto personal como colectivo. Óscar estaba pletórico y confiado y aunque la parte "más vacilona" de los Nómadas le iba puntuando a lo bajo entre risas la ruta, no es menos cierto que todos confiamos en él como buen compañero, amigo y caminante que es.

Todas las rutas aportan algo, ésta fue para no variar, muy especial. No nos veíamos desde la última caminata, entremedias fechas navideñas, no conseguimos nuestra reunión para comer de todos los meses y nos echábamos de menos, y todos intentamos estar con todos a lo largo de un día que nos regaló rayitos de sol intermitentes, paseos de paraguas más que usarlos, penedos impresionantes con momento aventura incluído, verdes intensos, vistas aéreas con sentimiento compartido, majestuosas paredes verticales, subidas que levantaron los sudores justos, algún que otro resbalón y caída, paradas chocolateras y hasta comida en el bar de turno con derecho a bebidas y cafés.

Lo mejor sin duda la compañía, la calidad del personal tanto a nivel emocional como intelectual, y los pasos que se hacen entremedias, haciendo camino juntos, unidos, con sus risas y sus silencios, que en esta salida más bien fueron pocos a nivel general dado el tiempo laxo que transcurrió desde la última salida y sin oportunidad de compartir conversas y sentires mutuos; la permisividad en los diferentes estados, la implicación en el compañerismo y el compromiso en mantener algo para el que es difícil ponerle nombre, bien podríamos llamarlo amistad desenvolviéndose de manera natural, sin prisas y con las pausas necesarias, ser y dejar ser; ¿qué, además de todo lo que ponemos entre todos podríamos precisar si quien acude se siente tal cual se siente y para ello entiende que no es necesario nada menos ni nada más?

Llevaba preparado un ejercicio respiratorio bonito, ideal para ponerlo en práctica en las alturas, en la cima, pero al llegar a la cima y plantearlo nos esperaba un momento aventura digno, precioso, estimulante y desafiante, con lo cual una ya sabe que no se puede querer todo porque aunque una lo quiera al final se da lo que se da, y lo que se dió era lo que procedía, y que bien nos lo pasamos, jajajaja, inolvidables nuestras caritas tanto de concentración bailando con el temor como de risas disimuladas, ¡o no!, o con el "ojo clínico" y atencioso que había que ponerle a la tarea en cuestión y de la que se encargó el fotógrafo oficial de Nómadas, a saber, nuestro Juan, de inmortalizar, además de contar con la no menos inmejorable óptica de Bernardo que ya nos sorprenderá con las imágenes de este día tan especial.

Del momento "pasadizo gruta" sólo puedo decir que fue un desafío pues aunque me encantan los "momentos cabritiña" no es menos cierto que me impresionan muchísimo los agujeros mínimos y oscuros por el que una se tuvo que adentrar entre los seis valientes para acabar viviendo la experiencia que ni la imparable "Tuchi" osó traspasar, dando la vuelta nada más ver el recoveco oscuro y pequeño por el que hacer entrada a la aventura; personalmente "viví" el momento claustrofóbico que me impresiona tanto y tuve que vencer el miedo a "la estrechez" para poder seguir, algo que celebré cuando estuve allí arriba, ya al aire fresco del día y a cielo abierto, apreciando también los momentos de mis compañer@s, a cada un@ con lo suyo en cuanto a vencer, unos con vértigo, otros presentando más dificultad a la hora de escalar, sus propios temores.....

Me caí un par de veces, más que caerme resbalé, creo que fui la única, para que no se diga que una buena caminante no tiene derecho a ser el último de la fila, jajajaja.....

La hora de la comida estuvo muy bien. Y a seguir rutita que todavía  nos quedaba caminito por delante. Me encantó el moment "desvío" debido a las lluvias intensas y que por ser zona archimamada nuestra Helena varió porque le dió la gana y porque podía que  para eso pateábamos por su tierra. Me encantó ver que Óscar sabe mucho más de lo que sabía cuando empezó en este micro mundo senderista, me gustó y valoré en propiedad, ya que el chico es como es, que Juan lo animara y lo apoyara, y que Mari siga siendo la que siempre fue y es, y que Loli confíe en nosotros para ser y estar, y que Comba puntúe vacilona y con ese salero que tiene con su puntilla "puñetera amorosa", y que Béa tenga "mono" de nosotros más que del camino, que también, y que Bernardo pase de la lluvia para caminar con nosotros, y que Geraldo haya vuelto a compartir pasos y afectos, que Tuchi haya hecho su primera caminata con los Nómadas y que yo lo haya disrutado todo de todos además de disfrutar de mí disfrutándolo.

Terminamos la ruta después de no pocas aventuras, colores, olores, nieblas, lluvias tenues, pazos restaurados, fincas anegadas, culebras de considerable longitud, risas varias y camino caminito abierto a los caminantes, y si no tan abierto siempre con opción al paso, hasta llegar al punto dónde los coches esperaban y parar a tomar la penúltima antes de enfilar al picoteo que anunciaba el final de una jornada Nómada de rigor. No puedo dejar de decir el comentario más extremo del día, y es que acabamos la pateada del año 013 con un funeral en la tierras de Coiro y empezamos la primera pateada del año 014 con otro funeral en tierras de Budiño, dicen los que saben que enfrentarse con la muerte anuncia vida así que ¡larga vida a los Nómadas!, ¿qué más puedo decir?....., ¿toca madera?, jajajaja....

A la tercera fue la vencida, ni el sitio primero, que anunciaba postre monacal, nada menos que "La teta de la monja"..... Nos quedamos con las ganas de saber qué venía siendo en particular pues estaban de vacaciones; de ahí pasamos a la segunda opción, que también estaba cerrado porque al parecer "hay que encargar", y de ahí enfilamos a la tercera opción y no por ello  menos buena: Calorcito y piedra enxebre y viandas con las que compensar el día caminante, para esa hora una ya no estaba para muchos más trotes más que para aguantar el tipo sin por ello dejar de apreciar la buena compañía y el calor de la amistad.

Equivocación al regreso con caravana detrás. Llamada de mamá Helena diciéndome que iba a ser que por dónde indiqué que no no no...., -¡Ok mami!, tú ya has hecho más que suficiente regalándonos lo mejor de lo mejor así que retírate al calor de tu hogar que ya nos encargamos los perdidos de encontrarnos de nuevo, y de nuevo nos encontramos, más tarde que temprano pero así fue, cada uno en su tiempo cogió dirección de cada mochuelo a su olivo.

Y eso es tó es tó es todo amig@s. Para la próxima más.

Que no nos falten los amigos, los caminos y esos momentos inolvidables con oportunidad de compartirlos.

S., enero 014




2 comentarios:

  1. Anónimo21/1/14

    La mas guapa es la tuchi....

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  2. De eso nada!!, Tuchi es preciosa pero las chicas Nómadas son además de preciosas, ma-ra-vi-llo-sas!!!, amén de inteligentes, glamurosas, afectivas, comprometidas amorosas. Bueno bueno...., que me embalo!!!

    Gracias por el comentario

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