Nómadas No Camiño...

http://picasaweb.google.com/113044287838333133728/RutaCanonDoRioMao (fotos de Bernardo)


Bellísima Jornada Nómada, como todas y cada una, la verdad. Y es que ninguna es igual a la anterior, todas son diferentes; y en todas también se mantiene una pauta que bien podría ser fluidez, espontaneidad, sin más expectativas que lo que va surgiendo, sin más premisa que la de disfrutar de un sábado al completo, sin tiempos marcados, con una opción consentida para quien así lo desee, a terminar la pateada acompañándola de una cena, picada, o pizzas a las 12 de la noche como en esta ocasión, bajo la luz de unas lámparas de calor que consiguieron que olvidásemos el frescor de una noche otoñal, y sin prisas a pesar de que nos quedaba un buen tramo de asfalto en coche hasta llegar cada mochuelo a su olivo; para más inri estábamos en ese estado de medio sopor que produce terminar la jornada en las pozas do Prexigueiro...  Sí, en esta ocasión lo quisimos todo, y todo se nos dió!


Todo se fue dando, y así circuló el día, y la noche... Esta salida coincidió con el cambio horario de octubre y nos dieron las tres de la mañana al llegar a casa, afortunadamente volvieron a ser las dos y al menos ésta que escribe pudo despertar a un domingo en el que el cambio de hora se vivió de una manera flexible carente de los madrugones semanales, es un placer abrir los ojos al día sin la imposición de un reloj despertador...

Fuimos 13 en esta ocasión..., como siempre, buen número! Hubo ausencias importantes que fueron presencia en los sentires, pero ya sabemos como es esto..., unas veces se puede y otras existen prioridades igualmente importantes que es bueno atender también. Quedamos más temprano de lo habitual, por eso de que el trayecto era relativamente largo y que con el otoño los días son más cortos, así que un@s nos reuníamos en Vigo, otros en un punto de encuentro intermedio y uno más que nos estaría esperando en el punto de salida de la ruta. Nunca he sido muy dada a dar detalles geográficos, digamos que en esta nueva andadura haríamos una de las variantes de los Cañones del Mao, en plena Ribeira Sacra, rodead@s de arboleda frondosa y añeja, de castañas y de setas, de vistas al Mao y al Sil, de alturas lo suficientemente considerables como para sentirnos poderos@s entre tan poderosa inmensidad mientras hacíamos pasos entre aldeas, casas de piedra, tierras labradas y fuentes que manan aguas frescas que sacian mucho más que la sed.

Es muy grato observar a las compañeras y compañeros intuir un día hermoso por delante que empieza por un favorecimiento consentido para que así sea. Es entrañable pararse a charlar con el paisano o paisana de turno, siempre bien recibid@s, regalando hospitalidad sea a través de un "grolo de viño", de unas uvas en la viña, o simplemente detallando información que siempre resulta útil y que queda en nuestro haber. Caminar tramos buscando el silencio o favoreciendo conversaciones compartidas, o íntimas, o simplemente escuchar hablar, o decantarte por los sonidos que natura ofrece a través del discurrir de las aguas del río, del susurro de los arboles, del trino de las aves, de los ladridos de los perros guardianes, o del diálogo de un balido de ovejas... Al final acabas deduciendo que lo más nutritivo es que estás escuchando al silencio y que te acoplas a ritmos que nos nutren más de lo que creemos...

Esta vez comenzamos con un ascenso gradual, a veces intenso, que nos iba conduciendo poco a poco a alturas dignas de aprecio; nos cruzamos con algún que otro caminante, much@s nos emocionamos con la parte fotográfica ante paisajes que nunca llegan a reflejar la vivencia pero que generos@s, optamos por compartir aquello que caminamos aunque ésta fotógrafa no sea ni tan siquiera digna del apelativo (sonrío) pues tengo una simple cámara en un teléfono móvil que me da más problemas que soluciones, menos nitidez de la que quisiera pero que a veces consigue captar el espíritu de una jornada bien avenida.

Aunque llovió un poco de mañana para cuando paramos a comer la lluvia respetó nuestro momento. Compartimos viandas, postre casero delicioso, chocolates varios y volvemos a lo de siempre..., caminar engorda!, jajajajaja..., y aunque yo nunca llevo delicias dulces impepinablemente acabo por no resistir la tentación y el aprecio a la generosidad de quien piensa en tod@s al transportar en la mochila un poco o un mucho más de peso...

Tuvimos momento recolección de setas ya que tenemos en nuestras filas a una gran experta en ellas; había tantas y tan hermosas que propusimos volver, esta vez en la modalidad de fin de semana, con opción a cocinar lo recolectado, opción también a una faceta más de la convivencia caminante incluyendo dormir y despertar junt@s, patear y compartir otras ofertas que el camino tiene, porque no todo en el monte es orégano, dicen...

Acabamos ruta rozando el lusco fusco, algo que me encanta porque tiene su magia, su aprecio, su manera de caminar e incluso la oportunidad de disfrutar de algo llamado por "la casta" en la que me inicié y crecí como "trote cochinero"

Tuvimos momento de estiramiento colectivo; muy lindo momento, un "quickly" como yo lo llamo, que quiere decir estirar en apenas diez minutos todo el cuerpo... Fue lindo vernos a todas y a todos sumad@s al momento de forma tan espontánea, habiendo iniciado tres de nosotr@s el movimiento y ver como un@ a un@ se sumaban al ejercicio; y fue mejor sentir el aprecio generalizado, los beneficios que cada un@ le sacaba al movimiento y el relax que agradece el cuerpo cuando es bien atendido tras una pateada.

Y momento despedida para dos Nómadas, uno enfilaba directamente para Ourense y el otro para Pontevedra, los demás apostamos por "momento pozas", qué rico todo! Tardísimo ya, de hecho fuimos l@s que cerramos el recinto. Y de ahí salimos a buscar sitio en dónde nos diesen de cenar, algo que no resultó tan sencillo dadas las altas horas nocturnas, jaja! Pero dimos con él, una pizzería que en su interior estaba llena, aún así nos ofrecieron la alternativa de cenar fuera, ok! Por primera vez en las cenas Nómadas nos repartimos en tres mesas individuales, lo hicimos por "coches", a saber, con quien habíamos compartido viaje asfáltico; estuvimos junt@s y no revuelt@s, pero al fin y al cabo junt@s. Cada mesa con sus conversas, la nuestra no tuvo desperdicio, rica cena y preciosa sobremesa, sentida, íntima, de compañerismo solidario e implicado, de profundizaciones de las que personalmente gusto, y claro, así de bien estábamos que cuasi tuvieron que invitarnos a marchar...

Y regreso ameno, se me hizo grato y ligero el viaje de vuelta. Para cuando llegamos..., oh!, las tres de la madrugada???, y con parada policial incluída???..., jajajaja... "Eche así a vida!" Pero el conductor, muy seguro él, salvó la situación con contundencia amable y ahí quedó la cosa, en anécdota.

Para el día siete de noviembre la siguiente, una más!, en esta ocasión seré yo la que no pueda asistir debido a prioridades que son importantes de atender también, aún así sé que os echaré de menos, que seré una de esas "ausencias presentes" y no dudéis de que os bombardearé a wasapitos puñeteros, jajajaja... Que no falte el camino ni las vivencias que compartimos...

Muchas gracias al guía de esta salida, y muchas gracias también (qué suerte tenemos!) al co-guía... Nos sobra implicación y eso es maravillosamente gratificante y tranquilizador, habla de motivaciones grupales unidas y sin duda eso es lo que más y mejor nos define a los diferentes colectivos caminantes que somos y con los que compartimos afición, todos y cada uno de nosotr@s con su personalidad y valía, dónde conectamos con personas "importantes y dignas", algo que a nosotr@s mism@s nos dignifica y que nos permite apreciar, seamos quienes seamos independientemente de como nos llamemos, un "algo" más grande que nos identifica como senderistas.

Hasta la próxima, compañer@s. Que no nos falte el espíritu que nos anima a repetir de aquello que nos alimenta!

S., octubre 015



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