Lamas de Mouro-Peneda. Regreso

Existen salidas que nos vinculan más que otras. Ésta fue una salida de las Vinculantes con Mayúscula, no sé si porque me enamoré desde la primera vez que posé los pies en la acogida de estos impresionantes parajes o por las muchas incursiones en un territorio privilegiado que entrega privilegio.


Y es que son tierras de silencios grandes que aligeran pesos; y es que las formas caprichosas de los grandes penedos hablan, y el horizonte semeja alcanzable simplemente porque hay horizonte. Donde la simplicidad se presenta con las compuertas abiertas, a veces divertida, a veces solemne o seria. Aires que invitan a inspirar pleno y a presentar naturaleza allí donde emergen las confianzas y se esconden las penas.
 
Hasta dos veces anulamos esta salida, a la tercera fue la vencida. Era el día apropiado, jornada que se disfrutaría sin duda caminando sudores allá en las subidas, o construyendo anécdotas divertidas, o agradeciendo los postres caseros en el mejor de los comedores, o emborracharse de panoramas que justifican una embriaguez caminante.
Nos reunimos 15 en esta ocasión. Jornada distendida caminada entre imponentes piedras, montañas abarcando al caminante y sol que calienta y no quema. Como distendido es cada ambiente particular que se abre a integrar naturaleza, como apreciado es el ambiente grupal que se genera acompañados en el silencio montañero.
Grandioso día que regaló montaña viva, pasos valientes apreciando el movimiento sabedores de recompensas que quizás saben salinas debido a los sudores compartidos en la experiencia de un caminar conjunto, pero frescas allá dónde se esconden los particulares anhelos, renovadas. Sonrisas que nacen allá en lo interno porque caminas en escenarios auténticos en los que en este día nada se presenta oscuro, o tímido, sentido tan limpio que va más allá de lo que la vista abarca. Regalos que por muy hormiguita que seas ante panoramas inabarcables, grandiosos, éstos devuelven generosos un reflejo de la grandeza que te llena; dádivas que inundan por igual hasta los recovecos más escondidos allá en el alma hermética y en el alma diáfana ante el recibimiento de los pasos que se perfilan en la montaña.
Estirpe Caminante con sello Nómada manteniendo en pie los puentes que acercan caminos sencillamente caminando, valorando el espíritu que nos anima a honrar el privilegio que recibimos.
No faltó la distensión post pateada en una pizzería que según parece, su localización debe permanecer en "secreto"... Todo rico rico!
Muchas gracias a todas y a todos por un talante hermoso en un hermoso día. A los nuevos, bienvenidos, a l@s de siempre..., una más en nuestro haber, queridiñ@s!

S., marzo 016








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